1 de mayo de 2011

Angeles

Niña en el mercado dominical de Cuetzalan del Progreso, Puebla,
México. 


Este día del niño quiero felicitar a todos los niños de México por su día, en el que deseo que puedan divertirse como ellos quieran, como yo concebía el día del niño cuando era uno. Pero pensar especialmente en los niños olvidados de nuestro país: 

Los que trabajan vendiendo monerías en el metro o chicles en los semáforos, los que se disfrazan de payasitos en las calles o cargan cajas en los mercados, los que piden limosna y los que atienden mesas frente nuestros ojos deshumanizados. 

O incluso más allá, los que cruzan solos las fronteras de nuestro territorio, los que atraviesan nuestro país desde el sur, con la esperanza de llegar a un lugar imaginario llamado Estados Unidos y en su camino son captados por personas sin corazón, parte de la enorme trata de personas para fines de prostitución, pornografía infantil (en el segundo país mayor productor de todo el mundo1), adopción ilegal o incluso tráfico de órganos. 

En resumen todos los niños que viven realidades de las que ninguna persona debería ser parte jamás. Para que desde este día del niño no se nos olviden ellos

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